Los animales pueden ser un elemento importante para el desarrollo del niño en todos sus aspectos: físico, cognitivo y emocional.
Los niños/as observan a los animales, como se mueven, como caminan, como comen… por lo que reciben información de ellos de una forma instintiva y poco a poco, con la convivencia, lo asocian a las diferentes necesidades que tienen. Todo esto da lugar a la empatía, favorece que conecte con las necesidades que tiene el otro, que las exprese y atienda. Los niños se vinculan, expresan afecto y cariño, a la vez que comprenden que los animales, así como todos los seres vivos, requieren de cuidados, respeto y atención. Esto repercute en el desarrollo de la sensibilidad y tolerancia, permitiéndoles tomar conciencia de que los seres vivos tienen diversas necesidades y que las expresan de modos diferentes. Les ayuda a desarrollar aspectos de la comunicación no verbal y la capacidad de intuición. En pocas palabras, los animales son terapéuticos, pues como hemos explicado, estimulan sensorialmente a los niños/as. Muchos de ellos son utilizados en diferentes terapias con personas. Esto genera que los niños confíen en si mismos, en sus posibilidades, les da seguridad en cuanto a ellos o en las relaciones con los demás.Los niños que conviven con animales pueden llegar a entender mejor los procesos vitales como el nacimiento y la muerte.
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